Autor: Gundor
Hola soy el mosquito que desde mayo hasta octubre zumbara cerca de los oídos de vuestros perros.
En cada ciclo vital pico tres o cuatro veces, ya que lo necesito para hacer mi puesta de huevos y perpetuar mi especie. Pongo entre 50 y 100 huevos y vivo unos 35 días, mis hijos nacen a los 7-10 días, después de la puesta y mis larvas son capaces de hibernar hasta el año siguiente.
En mis vuelos no recorro grandes distancias, no mas de un kilómetro, por eso, tendréis amigos con perros afectados por la leishmaniosis en una zona cercana, mientras que los vuestros estarán sanos y viceversa, soy un poco "vaga", me gusta volar bajo y contra el viento, si este es flojito. Puedo picar tanto dentro como fuera de las viviendas, aunque me gusta mucho mas hacerlo en el exterior, y tengo un gran defecto, y es que se me puede atrapar en trampas de luz.
Se que os preocupa mucho la enfermedad que transmito, sobre todo porque teméis que os pueda contagiar a vosotros, además de vuestros perros.
Debéis estar tranquilos. Hace años se hizo un estudio en Ebora (Portugal). Se analizaron todos los perros de esa población y el 6,9 por ciento estaba infectado por leishmania. Pues bien , ningún habitante de Ebora contrajo la enfermedad. Además, la leishmaniosis humana se cura en no mas de cuatro meses.
Somos un poco sibaritas y nos gusta mas la sangre de perro, lo que explicaría lo que acabo de contar.
Durante nuestra época de actividad 30 de cada 1.000 perros sufrirán nuestros picotazos y se infectaran de leishmania, pero, ¡¡atención!!!!, no todos desarrollaran la enfermedad. Me explico, de cada 100 perros infectados, el 50 por ciento enfermara, el 40 por ciento permanecerá asintomático y el 10 por ciento se curara de forma natural. Del 50 por ciento de los enfermos, tan solo un 10 por ciento morirá o tendrá que ser eutanasiado por complicaciones graves de su hígado o riñón.
Como veréis no es "tan fiero el león como lo pintan".
Transmito una enfermedad que no se manifiesta de inmediato. Vuestros perros pueden tardar meses (entre dos y doce) e incluso años en manifestar algún síntoma. Una de cada tres de nosotras es portadora del parásito.
Una vez que extraemos la sangre inoculamos las leishmanias, y según funcione el sistema inmunitario de vuestro perro, este desarrollara o no la enfermedad.
Una vez que la leishmania, ha traspasado la piel, penetrara en los glóbulos blancos, se reproducirá en su interior y los destruirá.
Luego pasara al torrente sanguíneo y se dirigirá hacia la medula, el bazo, y ganglios linfáticos. Los síntomas que veris serán muy variados, y los veterinarios hablan de una forma cutánea y otra visceral, pero en numerosos casos ambas se presentan simultáneamente.
La leishmania se localizara después en piel, hígado, riñón, aparato digestivo, ojos, articulaciones y producirá procesos inflamatorios responsables de los síntomas. Veréis lesiones cutáneas en
forma de descamación de color blanco plateado, similar al amianto, mas pronunciada en la cabeza, pabellones auriculares y miembros, para encontrar luego lesiones ulcerativas, sobre todo en los puntos
de presión. También veréis afectadas las almohadillas, y los espacios interdigitales. Aparecerán fiebres intermitentes, somnolencias, falta de apetito, cojeras, inflamación ganglionar, crecimiento
exagerado de las uñas, hemorragias principalmente nasales, adelgazamiento, consunción muscular y debido a la inmonosupresiòn, complicaciones como demodicosis generalizada y foliculitis bacterianas.
En los casos mas graves se desarrollara una irreversible insuficiencia hepatorenal.
En un análisis de sangre, vuestro veterinario encontrara alteraciones en las proteínas y normalmente anemia.
Por los síntomas y los análisis podrá indicaros el pronostico y el tratamiento mas adecuado en cada caso. A lo mejor necesita hacer una punción de médula o de ganglio, e incluso una biopsia de piel.
Existen pruebas de laboratorio especificas para esta enfermedad que no siempre serán definitivas, pero la familiaridad de vuestro veterinario con la leishmaniosis bastará para solucionar el rompecabezas que a veces le supone enfrentarse a ella.
Llevan años trabajando en esta patología y os aseguro que en un 90 por ciento de los casos conseguirán la curación clínica de vuestros perros, si les ayudáis en el tratamiento y seguimiento de su enfermedad. De vuestra implicación positiva dependerá mucho el éxito y la salvación de vuestros perros. Preguntar nunca está de menos.
De la terapia a seguir no os contaré nada porque es en las clínicas sonde deben enfocarlo, en función del estado de vuestro perro y del momento en que se diagnostique la enfermedad, Tan solo un consejo, cuanto antes se detecte, mejor será, por lo que os recomiendo que chequeeis al perro dos veces al año. Una en marzo y otra en diciembre.
Os he dado pistas sobre mi vida, mis apetencias y mis costumbres, así que haciendo uso de vuestro ingenio podréis sacar importantes conclusiones para combatirme. Como no soy masoquista le cedo la palabra al veterinario, que os dará unos sanos consejos para que evitéis mi picadura sobre vuestros perros , y el modo de hacerme la vida imposible . Tengo el cerebro de un mosquito, pero no soy tonta aunque lo parezca.
Salvo en toda la Cornisa Cantábrica, la presencia del flebotomo (mosquito transmisor de la enfermedad) es absoluta en el resto de la geografía peninsular, en mayor o menor medida. Las regiones más afectadas son Aragón, Cataluña, Madrid, Baleares, Murcia, Levante, Andalucía, Castilla La Mancha, Castilla León y Extremadura. Los flebotomos son insectos de pequeño tamaño, de entre dos y cuatro milímetros de longitud.
En España se conocen con el nombre de “viuditas” o Beatillas”. Son diferenciables entre el resto de los mosquitos a simple vista gracias a que tienen unas patas muy largas; sus alas son casi igual de largas que el cuerpo y, cuando están en reposo, las dejan abiertas sobre el tórax formando una “V”; tienen un cuerpo de color marrón o beige cubierto de finas sedas.
Por lo que mas vale prevenir y en las temporadas altas poner el collar Scalibur, se viva donde se viva.